Red Feministas Región de Murcia: Día Internacional por la Despenalización del Aborto en Murcia

domingo, 29 de septiembre de 2013

Día Internacional por la Despenalización del Aborto en Murcia



Ayer día 28 de septiembre a las 19h con motivo del Día Internacional por la Despenalización del Aborto la Red Feministas Región de Murcia realizamos una concentración y performance para vindicar el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre sus cuerpos y manifestar nuestro más profundo rechazo a  la intención del gobierno de modificar la actual ley aborto por una más restrictiva. 
Legalizar el aborto no obliga a nadie a abortar, pero permite que las mujeres que sí deseen hacerlo no tengan que recurrir a la clandestinidad ni jugarse a vida en el proceso. 

A través de la performance  "el ministro y el cardenal que odian a las mujeres" queríamos poner imagen  al sistemático pisoteo que estamos sufriendo las mujeres por parte del actual gobierno, apoyado por la iglesia católica y sectores ultraconservadores.



Todas somos esa alfombra de mujeres de rojo.
Cuando abortar era ilegal en España se interrumpían más de 100.000 embarazos clandestinamente en los que morían entre 200 y 400 mujeres al año.
En los últimos seis meses 12.000 personas han sido expulsadas del sistema de ayuda a la dependencia pero en la ley que se pretende aprobar la malformación del feto no será legalmente admitida para decidir un aborto.
El 45% de las mujeres son despedidas cuando quedan embarazadas y el 50% de las mujeres embarazadas no pueden acceder al mercado laboral.
Cada seis minutos muere una mujer en el mundo por la práctica de un aborto ilegal...

Y nos hacemos la misma pregunta que las mujeres de rojo gritaban ayer en la plaza:
¿Criminalizando mi derecho a decidir, defiendes el derecho a vivir? 


Mi cuerpo es mío y tengo derecho a decidir sobre él. NOSOTRAS DECIDIMOS
Tener útero no implica la obligación de ser madre. NOSOTRAS DECIDIMOS
La maternidad debe ser libre y deseada. NOSOTRAS DECIDIMOS 

QUEREMOS EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, QUEREMOS ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR Y QUEREMOS ABORTO LIBRE, SEGURO Y GRATUITO PARA NO MORIR 

  
Os dejamos con un fragmento publicado ayer en Diagonal escrito por Irene Ruano y Sua Fenol de Feminismos Sol y que bien resume la situación actual. 

El derecho a decidir sobre nuestras sexualidades, nuestros cuerpos y nuestras vidas se está vulnerando de múltiples formas: no sólo recortan el derecho al aborto, sino que dejan de financiar anticonceptivos por la Segu­ridad Social; aumentan la edad de consentimiento sexual a los 16 años, en contra de la autonomía de las mujeres más jóvenes; restringen la reproducción asistida a todas aquellas que no mantengan relaciones heterosexuales estables, lo cual refuerza la heteronormatividad y castiga cualquier modelo de familia no tradicional; patologizan la transexualidad; construyen un apartheid sanitario que excluye a personas migrantes y precarias de la atención ginecológica – entre otras– ; aprueban una reforma laboral que discrimina a las mujeres; hacen desaparecer la ley de dependencia y reprivatizan la educación, la sanidad y los servicios sociales en general. Aquí encontramos la piedra angular de los derechos sexuales y reproductivos: el derecho a decidir que marca la diferencia entre ser consideradas sujetos de derechos o meros seres sin agencia, necesitadas de permanente tutelaje en sus decisiones.
[...]
Denunciamos también la exclusión de las mujeres y otros sujetos con sexualidades no normativas del debate y elaboración de la legislación sobre aborto y otros derechos sexuales y reproductivos, cuando deberían ser lxs principales protagonistas. La negación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres forma parte de un proceso biopolítico de control ajeno de nuestros cuerpos que no sólo determina nuestro derecho al aborto, sino que niega la legitimidad de las formas alternativas de vida, de sexualidad, de relaciones afectivas y de identidad. Un nuevo-viejo modelo de ser mujer que, enfrentado a los estereotipos sobre la masculinidad, nos devuelve a un modelo binarista sustentado en los mandatos de género, la división sexual del trabajo y la heteronormatividad obligatoria.

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